
Por: @mariodesde
Mi visita a Tel Aviv fue algo fortuito, solo 4 días de trabajo donde estaría en una feria nacional de innovación en salud y con poco tiempo libre, mis esperanzas de conocer la ciudad eran realmente mínimas.
De Tel Aviv solo sabía por historias de amigos de infancia y por lo que te dan en historia en el colegio, más de ahí todo serían suposiciones. Al preguntar donde podría ir a conocer en la noche me recomendaron “Old Jaffa”.
Google Maps en mano y en compañía de un grupo de compañeros que resultaron igual o más entusiastas que yo en comerse el mundo, salimos esa noche a la zona recomendada.
Inocentemente o en mi ignorancia, asumí que “Old Jaffa” era un barrio más dentro de Tel Aviv, poco a poco al irnos acercando a nuestro destino podía ver que los grandes y modernos edificios desaparecían y cerca de la playa, una arquitectura totalmente diferente se asomaba, algo así como las edificaciones de las películas de Ali Baba y los Cuarenta Ladrones o las de Indiana Jones cuando estaba en el Oriente y fue allí cuando caí en cuenta que “Old Jaffa” no era un barrio común, fue mucho más que eso, es una ciudad dentro de otra, uno de los puertos mas antiguos del mundo que quedó congelado en el tiempo conservando su belleza o “Yafa” por su significado en Hebreo.


Al iniciar mi recorrido no pude dejar de percatarme de su hermosa arquitectura y como desde la cima se elevaba una pequeña muralla (edificios que hacen alución a un antiguo fuerte militar), una plaza levemente iluminada con la iglesia de St Petters al lado y un mirador increíble donde se aprecia la imponente nueva Tel Aviv con sus majestuosos edificios y autopistas.

Al ir bajando la zona, encontré un ambiente totalmente mágico, con estructuras de muchos años convertidas en restaurantes, bares y puntos de entretenimiento, pero no me mal interpreten! la atmósfera que se respira no es algo vanal, la magia de estar ahí se mantiene a pesar de la música y el bullicio de la gente, en una calle te puedes encontrar totalmente solo y te remontas años atrás como si estuvieras viviendo en otra época, y al cruzar la calle te encuentras con grupos de locales y turistas de muchas culturas y religiones conviviendo como una sola comunidad y como única intención la de interactuar y compartir los momentos ahí vividos.

Sí tú viajero alguna vez cruzas por Tel Aviv te recomiendo sin lugar a dudas visitar esta hermosa parte de la ciudad, una vez en su interior deja a un lado mapas e indicaciones que pudieran haberte dado y piérdete en sus calles, gastronomía y música.


IMAGENES DE LA ZONA




A TENER EN CUENTA
El transporte público por esta zona, son buses y taxis; los buses entre semana podrás encontrarlos hasta media noche apróximadamente y los taxis sí están disponibles por si te quedas un rato más, aplicaciones como “Uber” y “Get” también están a la orden del día.
Existen 3 paraderos de bus en el área, uno en la entrada a la zona, otra en la parte media, y la última en la cima de ésta. Recomiendo las dos ultimas paradas, pues que por la segunda llegas directamente a la parte de bares y restaurantes y en la tercera llegas a la plaza y mirador.
En cuanto a la moneda local solo aceptan los NIS (New Israeli Shekel), además de las tarjetas de crédito, teniendo en cuenta que no en todas partes son aceptadas.
Para encontrar todo tipo de comida puedes usarTrip Advisor o Four Square.
En ningún momento me sentí inseguro por mas solitarias que estuvieran las calles y el ingles fue mi medio de comunicación puesto que todos los locales que me encontré hablaban y entendían perfectamente.
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